El primer Plan General de Ordenacion Urbana de Zuera fue el realizado por Regino Borobio en 1959, de acuerdo con la Ley Estatal del Suelo de 1956. Su principal objetivo fue que la accion urbanistica precediera, y no fuera una mera consecuencia al fenomeno demografico, que debia ser encauzado hacia lugares adecuados, limitando el crecimiento de las grandes ciudades y vitalizando los nucleos de equilibrado desarrollo.
Como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley 19/1975 sobre el Regimen del Suelo y Ordenacion Urbana y su Texto Refundido, aprobado por Real Decreto 1346/1976, se realizo una Revision Adaptacion del Plan de 1959, dando lugar al Plan General de 1980 redactado por Jose Aznar Grasa, Jose Luis Fandos y Cesar Gonzalez Abad. En este Plan se determinó una vigencia de 8 años, por lo que en 1989 un equipo pluridisciplinar dirigido pro Regino Borobio Navarro elaboró una Modificación de este Plan en cumplimiento de esta prescripcióin.
Posteriormente se aprobó la Ley 8/1990 de Régimen Urbanístico y valoraciones del Suelo y su Texto Refundido, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1992, que introdujo notables modificaciones respecto al sistema legal, con el objetivo de introducir las determinaciones urbanísticas vigentes se elabora un Texto Refundido del Plan General en 1995, vigente en la actualidad.
Tras la Sentencia del Tribunal Constitucional 61/1997, de 20 de marzo que declaró inconstitucional gran parte del contenido del R.D.L. 1/1992, se modifica el marco normativo en materia urbanística. El Estado elabora en el marco de sus competencias la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre el régimen del suelo y valoraciones y la Comunidad Autónoma elabora la Ley 571999, de 25 de marzo Urbanística de Aragón. Como consecuencia de esta evolución normativa se elabora una Revisión-Adaptación del Plan General de Ordenación Urbana de Zuera que comienza en el año 2000.
1. El asentamiento de Zuera
La Villa de Zuera se asienta en la margen derecha del río Gállego al abrigo de lo que aquí denominamos ‘Las Lomas’.
Tres son los aspectos que destacamos en este asentamiento:
- Las Lomas del Oeste, ofrecen una envidiable protección contra los vientos del N.O. (cierzo)
- El asentamiento se realiza cerca del agua, pero estratégicamente situado para no ser inundable.
- También al borde de un camino importante, el que une Zaragoza con Huesca.
Es difícil encontrar un lugar que reúna estas tres condiciones juntas en todo el municipio, e incluso reservándolo.
Situado ‘al borde del desierto’ disfruta desde tiempo inmemorial de una espléndida huerta floreciente hasta hoy mismo, que es lo que ha dado vida al pueblo durante toda su historia.
Zuera nunca fue un baluarte defensivo, no reunía condiciones para ello, sin embargo otros factores han provocado su existencia o la han hecho posible. Estos factores son los arriba mencionados:
- la ribera fértil del Gállego
- encontrarse en una confluencia de caminos importantes que son: el de Zaragoza a Huesca, y el no menos importante en la Edad Media, que provenía del prepirineo desde Biel, pasando por El Frago, y Luna hasta Zuera, a encontrarse con la anterior.
- Situarse cerca del agua
- A resguardo del temido cierzo.
2. Primeros pobladores hasta el siglo XII
Los primeros pobladores de los que se tiene noticia son los Vascitanos, de la región de los ilergetas. Su nombre era Zurnonium.
Mas tarde y como última mansión en la calzada militar de Osca a Caesaraugusta, antes de llegar a esta ciudad, estuvo la Gallicum Romana que algunos sitúan en la misma Zuera.
La presencia musulmana en Zuera se hizo notar en varios aspectos, no siendo el menor de ellos la configuración actual de algunos de sus riegos. Por otra parte, cerca del camino de la Yesera existe todavía en pie restos de arcos de factura árabe. Por último, el topónimo Zuera es de este mismo origen y significa ‘bonita’.
Es muy posible que sus antiguos pobladores no habitaran en el llano sino en la media ladera y por esa razón no conocemos la posible trama urbana que realizaron. Es fácil que existiera una comunidad musulmana floreciente y que la mayoría de sus pobladores se alojaran sobre la media ladera aunque existiera otra parte en el llano actualmente ocupado por el casco urbano. Un número considerable de cuevas habitadas hasta muy recientemente puede confirmar este hecho.
Si existió alguna trama urbana o algo parecido, el ímpetu de los cristianos cuando se decidieron por conquistar Zaragoza se encargaría de arruinarla por completo sin dejar rastro.
Así las cosas, Alfonso I el Batallador conquista Zaragoza en 1.118. Este hecho supone un cambio transcendental para Zuera, nunca más será frontera y ésta se alejará cada vez más de sus límites.
Esta Villa que nunca tuvo aptitudes para ser plaza fuerte, sí las tenía para ser un pueblo agrícola floreciente, y como quiera que el peligro de enemigos había desaparecido con la conquista , no dejaría de crecer en los próximos siglos.
3. El nacimiento de la trama actual
El año 1.118 supone una fecha importante. Desde estos momentos y dentro de los territorios conquistados, la política que se seguirá es la de repoblación de las villas moras, con emigrantes cristianos que en algunas ocasiones eran Galos.
La población mora existente en Zuera se va organizando en la media ladera de las Lomas. Sin embargo, los cristianos se asentaron al margen del camino, que proveniente del Valle de Arga, pasaba por Luna y por Zuera hasta llegar a Zaragoza. Constituía la primitiva trama, una pequeña ciudad lineal en las márgenes de este camino (señalado por una sucesión de puntos en el gráfico).
De esta manera pues, el tejido urbano de Zuera se va organizando alrededor del camino citado, hoy Calle Mayor, siendo las manzanas rayadas las más primitivas, correspondiendo su trazado al siglo XII.
Tenemos referencias sobre la existencia de un convento de Franciscanos en la calle NAVADAS (según el diccionario de Pascual Madoz) que identificamos con la actual calle de Las Navas. Esta comunidad solía emplazarse fuera del casco urbano, en nuestro caso, fuera de la única calle existente. En el gráfico nº 2 puede verse su posible ubicación.
La manzana que sólo se ha sombreado el contorno puede identificarse con una posible morería situada en las inmediaciones de la trama. Esta suposición se hace en base a la existencia de callejones sin salida, típicos de asentamientos árabes.
4. Desarrollo posterior
Con el alejamiento gradual de la frontera hacia el Sur, es de suponer que Zuera fuera ampliando el número de habitantes y también su trama urbana. De resueltas de este fenómeno de estabilidad se inicia la construcción de la Iglesia del pueblo.
Esta Iglesia es, en su primitiva factura, de estilo románico. Fue iniciada a principios del siglo XII. El hecho de que esté realizada en ladrillo y tapial nos dice mucho acerca del origen de sus constructores. Serían éstos, maestros y artesanos mudéjares, algunos de ellos, del mismo pueblo. Posteriores reformas y ampliaciones han cambiado su fisionomía original; todavía es reconocible en su ábside central y uno de los laterales.
Las manzanas sombreadas en su contorno en el detalle de fotografía son la expansión del pueblo en el siglo XIV, incluido el único torreón de muralla que se conserva milagrosamente en el pueblo, al Norte del mis (rodeado con un círculo). Está realizada con materiales muy pobres: piedras yesíferas y ladrillos, y todavía se pueden ver en el torreón las troneras de la época.
Es muy probable que la estructura urbana de Zuera, sus cinco calles, estuviera por lo menos insinuada en el siglo XIV. Las manzanas no estarían ocupadas en su totalidad y se irían rellenando en los siglos siguientes. Las manzanas situadas junto a la Iglesia, y por la ubicación del cementerio junto a ello, tendrían que tener necesariamente otra forma, hoy desconocida.
El crecimiento demográfico no dejará de aumentar. Así en 1.489 se contabilizan 128 fuegos, en 1.495, 152 y en 1.610, 250.
Esta población se distribuiría sobre el tejido creado y, no podemos olvidarlo, en edificaciones precarias y cuevas situadas en la media ladera del Oeste.
Pascual Madoz, en su diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España, ofrece la imagen que tenía Zuera a mediados del siglo XIX. La descripción está redactada en estos términos:
‘Tiene 280 casas de mala construcción, distribuidas en 5 calles anchas, rectas y mal empedradas, y una plaza’.
Para nada se habla de la población dispersa en Las Lomas, pero es seguro que siempre ha habido allí población. La existencia de cuevas en la media ladera ha sido consustancial a esta villa desde su nacimiento.
5. Siglo XX hasta el Plan del 59
La apertura de la calle Navas hasta la carretera es un hito importante dentro de la historia del urbanismo zufariense. Con ella se perdió un edificio de tipología interesante.
En el gráfico nº 4 se señalan las manzanas sombreadas objeto de esta expropiación, que supuso un cambio importante en la fisonomía del pueblo.
Otro hito importante en la historia del Urbanimo de Zuera el proyecto redactado en el año 1.941, titulado ‘Proyecto de Reforma del Casco Antiguo, de ensanche y creación de nuevos poblados, en la población de Zuera (Zaragoza)’.
Este proyecto nunca se llegó a realizar pero en su memoria aparecen datos muy importantes para comprender el estado general del urbanismo en el pueblo. Transcribimos literalmente un párrafo de la misma:
‘Teniendo en cuenta que en la actualidad (se refiere a 1.941) el número de casas que forman el casco de población es de 792, de las cuales 479 son insalubres, y solamente 194 susceptibles de mejora, nos encontramos con que 303 de las 792 son incapaces de mejora, o sea, que el 62,75% son insalubres y el 38,3% incapaces de mejora. Todo esto sin tener en cuenta que una población de 810 habitantes vive alojada en cuevas labradas por sus propios habitantes y puede calcularse que ninguna de ellas reúne condiciones de habitabilidad suficiente’.
Hay que añadir a este el problema económico que representa el que tan solo 2 ó 3 casas dispongan de espacio suficiente para corral, cuadras, establos, etc., tan necesarios para el desarrollo de la vida agrícola.
Este escrito es muy elocuente de la situación del pueblo en estos años. Varios testimonios orales recogidos en el mismo lo confirman.
El censo de población del año 1.940 arrojaba la cantidad de 3.802 habitantes que de los cuales, según los datos mencionados, 810 vivieron en cuevas insalubres de La Loma.
La situación era de todo punto desesperante, sin embargo, y por motivos que en estos momentos desconocemos, la tan anhelada reforma interior y creación del nuevo núcleo de población, no se llegó a realizar.
Otro aspecto importante de este mismo proyecto es la ubicación del nuevo Ensanche,
Esta se proponía entre el centro escolar y el cementerio. Se preveía la construcción de 204 casas nuevas.
Ya en tan temprana fecha se entendió la situación privilegiada de los suelos a que hemos hecho referencia. Así lo entendió el Plan del 59, y sin embargo, hasta hoy mismo, no se ha llegado a urbanizar. Adelantamos aquí los dos motivos principales que han existido para que esto ocurriera, aparte de la natural aversión que un pueblo agrícola tiene para extender la edificación a costa de la huerta.
1º.- Un mal tratamiento de la acequia, proponiendo obras de elevado coste para su desvío.
2º.- Acometer con decisión la corrección de las dos curvas de la N-123, con el fin de dejar a un lado todo el pueblo.
Mientras estos dos aspectos no sean tratados con decisión y eficacia a la vez, Zuera no se extenderá hacia el cementerio por esta zona, y si lo hace será tímidamente.
Superado el bache de los años 40, la población volvió a crecer. Su situación, la de los pobladores, no parece que se aliviara demasiado.
Como ya hemos indicado, el proyecto anterior no se llegó a realizar. La situación que en su memoria describía, no fue solucionada y, suponemos, con el aumento de población, se haría insostenible. Para remediar esta situación en el año 1.947, el Ayuntamiento promueve un nuevo Ensanche, esta vez hacia La Loma. Estos suelos, escasamente habitados, eran en este tiempo eras.
Respetando a groso modo el trazado viario de este proyecto, se realizaron 50 viviendas patrocinadas por el ‘Hogar Cristiano’ en los años siguientes.
La envergadura de la operación, el lugar que se eligió para llevarla a cabo, las repercusiones que tendría para todo el Barrio del Ensanche y los buenos resultados obtenidos, hace necesario un estudio pormenorizado de este proyecto.
Ya hemos hecho mención de la carestía de viviendas que Zuera poseía. Como quiera que la ayuda estatal no llegaba y que la situación se hacía cada vez más grave, una institución de ascendente religioso y católico, Hogar Cristiano, promovió la construcción de 50 viviendas en la franja que queda entre la calle Candevanía y la media ladera, al norte del pueblo.
El proyecto fue encargado al arquitecto Lorenzo Monclús y visado el 31 de diciembre de 1.949.
Las 50 viviendas se dividían en: 14 Tipo Bracero I, 34 Tipo Bracero II y 2 Tipo Labrador II.
La superficie ocupada por las mismas es de 10.687,76 m2 y las calles y espacios libres ocupan 3.880,70 m2; en total, 14.568,46 m2.
Las casas se proyectaron en función de los usuarios y corresponden claramente a unos tipos muy similares a los realizados en otros pueblos por la misma época.
Todas poseen corral, para usos agrícolas, y las diferencias se establecen en la superficie edificada, así como en las alturas: baja para las denominadas Bracero I; baja y piso para Bracero II y Labrador II.
La iniciativa fue un éxito, no solo por la penuria aludida, sino por la calidad de lo que se ofrecía y por su precio.
Queda en la memoria colectiva del pueblo un cierto sabor a cosa bien hecha que, a pesar de las reformas, lógicas por otra parte en treinta años de vida. Conservan todavía con pleno vigor las edificaciones de las que hablamos.
Arquitectura sencilla, de escasas pretensiones, quiere ser solamente la respuesta a la necesidad, acuciante en aquella hora, de cobijo y refugio. El resultado, no por eso se debe despreciar lo construido entonces con las modificaciones posteriores, han creado una trama original de gran valor urbano que sería necesario conservar en virtud del artículo 73 de La Ley del Suelo.
El estado actual de esta actuación se puede considerar como muy bueno, a pesar de que sus calles necesitan un adecuado tratamiento, tanto de equipamiento (árboles, bancos, etc.) como de la correspondiente pavimentación.
Un peligro ha existido y existe todavía contra la integridad de esta actuación. Esta amenaza no es otra que las ordenanzas del Plan vigente, por estar calificada dentro de su zonificación como manzana cerrada y edificación agrícola. En cualquiera de los dos casos permite levantar más altura de la actualmente existente. Los efectos de estas ordenanzas se han hecho sentir recientemente, al aparecer una edificación de baja más dos planos, con la consiguiente ruptura de la unidad existente.
Decir por último que estas 50 viviendas fueron el catalizador para darle una mayor vitalidad a toda esta área del Ensanche.
Solamente a partir de la reactivación económica del país, a partir de los años 60, se realizaría la deseada desaparición de las cuevas, pero esto ya entra de lleno en el Estudio sobre la andadura del Plan Vigente. Este Plan se aprobó en el año 1.959, tres años después de aprobarse la Ley del Suelo de 1.956.
A modo de resumen, vamos a describir el estado general con que se encontró Regino Borobio en los años que acometió la realización del Plan General.
a) El núcleo principal, que distribuía su población en dos partes bien diferenciadas:
* El casco antiguo con sus cinco calles, perfectamente definido.
* El ensanche, en el que al lado de edificaciones modestas, existían todavía abundantes cuevas para alojamiento de personas.
Entre estas dos zonas, al Norte, y al otro lado de la acequia de Candevanía, existía una franja intermedia con las casas del Hogar Cristiano.
b. La existencia del barrio de la Estación, de poca población alrededor de la estación de Zuera y de alguna empresa (Tejar).
c. La creación de dos nuevos núcleos de población dentro del municipio por parte del desarrollo I.N. de Colonización entre 1.945 y 1.959. Estos nuevos núcleos son Ontinar del Salz y Puilatos. En 1.959, cuando se redactó el Plan no se incluyeron en él. El núcleo de Puilatos posteriormente fue demolido, ya que se encontraba edificado sobre una dolina activa.
III. La evolución después del Plan de 1.980
Este Plan General ha sido el director del desarrollo del término municipal en sus núcleos de población y fundamentalmente en el de Zuera, puesto que aunque contempla la existencia de los núcleos de Las Lomas, Las Galias, El Portazgo y Ontinar, donde ha tenido una mayor influencia ha sido en el propio núcleo de Zuera.
El Plan abordó con decisión el crecimiento de Zuera hacia el Sur, y complementado por la realización por Obras Públicas de la variante a la CN-123, facilitó la gestión municipal en el desarrollo y ejecución del Programa de Actuación del Suelo Urbanizable de la Aceña, en un periodo récord de tres años, complementando el trazado urbano del casco antiguo en esta zona de expansión del mismo.
Por otra parte, la gestión municipal se ha apoyado de forma ejemplar en el planeamiento, y ha facilitado la ejecución de varias unidades de actuación, como las aperturas viarias hacia La Aceña, la apertura de la plaza Odón de Buen, el PERI de la UA-16 y las Unidades 1 y 4 en proceso de redacción. También se realizó un proceso de urbanización sistemática (pavimentación más bien) en todo el ámbito del suelo urbano, consiguiendo cierto nivel urbano en las zonas del Ensanche en laderas y antiguas cuevas, que han mejorado, sensiblemente, tanto en su accesibilidad y servicios como en su calidad edificatoria.
Es notable el grado de diferencia observable entre la documentación fotográfica que obra en el Plan del 80, y la documentación que aportamos en este mismo documento.
No podemos dejar de mencionar la planificación parcial desarrollada en el PAU de Las Balsas y la gestión municipal en la zona deportiva y el parque junto al río Gállego en el lado Este del núcleo de población, que hoy está culminado con la realización de un gran Parque en la ribera del río.
Se planteó asimismo la mejora de la urbanización de El Campillo, y se sentaron las bases de la gestión del nuevo polígono Industrial ‘Los Llanos de la Estación’, junto al Portazgo, realizado por el SEPES en colaboración con el Ayuntamiento de Zuera.
No obstante, el ímpetu urbanizador de la Administración Zufariense no se ha traducido apenas en el Portazgo más que en la mejora de las condiciones de los servicios, la pavimentación, el arbolado y la propia localización del nuevo polígono industrial, así como la elevación de la carretera de San Mateo sobre el trazado de la vía férrea.
En las urbanizaciones de Las Lomas y Las Galias, los procesos han seguido su curso al margen de la actuación municipal, que parece haber sido bastante respetuosa con las mismas.
En Ontinar, con funcionamiento autónomo de Zuera desde 1.993, han surgido algunos problemas por la situación de la deshidratadora de alfalfa, y propiciados por la falta de ejecución de planeamiento de desarrollo en las Unidades de Actuación, si bien hay que reconocer que, en el día de la fecha, están en marcha parcialmente tres unidades. No obstante, es evidente la obtención de un alto nivel de calidad de vida y disposición de dotaciones, que debe ser valorado positivamente tanto por sus habitantes de primera residencia como por los foráneos, que han instalado su casa de fin de semana.
En relación al Suelo No Urbanizable, es notorio el grado de protección brindado al regadío, que ha producido además de una concienciación general, muy positiva, cierta dificultad en los asentamientos ganaderos, lo que preocupa notablemente a los responsables políticos vinculados a la agricultura.
El hecho de afrontar la Modificación y revisión del Plan General de Zuera (1.989) coincidió con la decisión estatal de realizar la Autovía de Huesca, y con ello se inicia una nueva andadura en la que el planeamiento ha servido para recoger este nuevo sistema viario territorial y para plantearse, tímidamente, sus conexiones al núcleo principal. Así, el Plan General redactado por ‘Borobio – Estudio de Arquitectura y Urbanismo’, recoge prácticamente las previsiones del Plan anterior, con la incorporación de la traza de la Autovía.
Posteriormente, en el texto refundido de esta modificación del Plan, elaborado por Dª Mª Pilar Sancho, como Arquitecta municipal de Zuera, se incluyeron las modificaciones planteadas sobre el trazado de la autovía y su conexión Zuera Sur, así como todos los planes parciales residenciales e industriales gestados a lo largo del tiempo.
IV. Análisis sobre el tejido urbano
Analizado el tejido urbano en la actualidad, se aprecia lo siguiente:
El núcleo histórico de Zuera desarrollado entre Las Lomas del Oeste y el Río Gállego, ocupando el llano o terraza del río y las laderas de las Lomas: conforma dos tejidos distintos que en la actualidad están suficientemente consolidados y casi diríamos que colmatados.
El tejido del núcleo en el llano está compuesto por una red viaria de cinco calles con anchura entre 6 y 6,50 m. orientadas según el eje Norte-Sur. A esta red viaria se le superpone transversalmente una peatonal, de callejones o ‘callizos’ con anchura entre 3 y 3,50 m. Muchos de estos callizos todavía se utilizan como viario para automóviles, aunque es de desear una mayor racionalización del tráfico que tienda a hacer desaparecer este uso.
El entramado conforma unas manzanas alargadas según el eje principal Norte-Sur. La proporción de éstas es característica de la época medieval de su formación. Se aproximan en sus dimanesiones a las del barrio de San Pablo en Zaragoza. La largura de alguna de ellas puede alcanzar hasta los 190 m., caso extremo de la situada más hacia el Noroeste (donde está situado el torreón de la muralla). La anchura es más constante y se sitúa alrededor de los 42 metros.
El viario principal se orienta según el eje Norte-Sur. Este hecho tiene dos consecuencias importantes para el microclima urbano:
* Las calles son perpendiculares a la dirección del viento más desapacible, el ‘cierzo’. De esta manera, la misma edificación hace de pantalla contra él.
* Las fachadas de las casas son paralelas a las calles. El asoleamiento de las mismas, tanto de la principal como de la trasera, es muy aceptable, huyendo del frío del Norte y del excesivo calor de la orientación Sur. No podemos olvidar el clima continental extremado de la zona.
La dimensión en anchura de las calles, 6 a 6,50 m., proporciona el adecuado abrigo en invierno y la necesaria sombra en verano.
Otro aspecto destacable de la trama es la situación relativa de los callizos entre sí. Lo hacen a ‘tresbolillo’, huyendo de su enfrentamiento. Esto se puede apreciar en todo el núcleo pero se hace más patente en los que desembocan en la calle de Las Navas. El que esto sea así ayuda todavía más a conseguir un microclima adecuado en las calles a causa de que el viento no encuentra facilidad para encajonarse y adquirir mayor velocidad. Por el contrario, lo que encuentra es obstáculo tras obstáculo para frenarlo.
Zuera, por su ubicación al abrigo de Las Lomas, la orientación de sus calles, perpendiculares al cierzo, y por la posición de los callizos, no enfrentados, es un ejemplo muy interesante por la respuesta que da al inhóspito huésped que es el cierzo.
El tejido urbano en las laderas se conforma siguiendo las curvas de nivel con unas calles prácticamente horizontales y otras en línea de máxima pendiente siguiendo el cauce de los barrancos que decaerían las Lomas, perpendicularmente a las curvas de nivel. En las calles horizontales se van conformando terrazas o miradores mediante crecimientos o rellenos realizados casi siempre con el propio material excavado de las laderas para formar la cueva.
En la actualidad quedan muy pocas cuevas, dado que casi todas han generado la construcción de viviendas delante. Las calles han sido pavimentadas siguiendo las pautas del Plan de 1.980, mediante ligeros retoques de alineaciones, consolidación de calzadas, colocación de muros, etc.
Así se han consolidado los Ensanches de Zuera, tanto en el Oeste, desarrollo lineal de Las Lomas en paralelo a la CN-123, como en el Norte, entre la Loma Rajada y el resto de la formación montañosa, utilizando como vías de acceso principales las calles de Teruel, Fueros de Aragón, Goya, Antonio Machado, Agustín, Constantino Serrato, Calvario, Val, Canalillo, etc., desarrollándose incluso zonas de extensión al Norte del núcleo con trazados muy orgánicos que será preciso unir.
En las ampliaciones de suelo urbano posteriores se han utilizado distintos criterios. Así vemos que el tratamiento de La Aceña es en cierta forma continuista con el tejido urbano del núcleo, prolongando cuatro de las calles largas que lo conforman y localizando en su centro de gravedad los espacios dotacionales y de equipamiento, así como una zona verde lineal que ampara la acequia que da nombre al polígono, que queda descubierta y canalizada.
En la nueva zona de Las Balsas se ha realizado un esquema ortogonal en orientación NE-SE y NO-SO, que en principio genera cierta confusión con los tejidos urbanos existentes, y que en cualquier caso precisará un remate viario que cierre la zona edificable hacia la ‘Huerta Chica’.
En los núcleos exteriores a Zuera se han mantenido sustancialmente las previsiones iniciales de sus orígenes prácticamente sin ninguna operación de desarrollo posterior. Así en el Portazgo no existen variaciones sensibles, a excepción de las áreas colindantes con el polígono ‘Llanos de la Estación’, en el que se desarrolla un Plan Parcial Industrial.
En Ontinar el tejido urbano ha sido completado parcialmente en su periferia con la construcción de viviendas unifamiliares propias de una localización extensiva, y se han desarrollado las Unidades de Ejecución 2.2 y 3 del Plan anterior, que todavía están a falta de realización de la Urbanización. También está prácticamente consolidada la OUA 5, al haber concedido licencia el Ayuntamiento para la construcción de algunas viviendas. La OUA 4 está iniciada en cuento a la formación de la Junta de Compensación y aprobación de Estatutos.
En Las Galias o Las Lomas, como urbanizaciones residenciales exteriores, se han mantenido prácticamente en su totalidad las previsiones iniciales de urbanización de segunda residencia.
V. Edificación: Tipologías
1. Cuevas
El primer tipo a analizar, del que en la actualidad existen pocos ejemplares, sería la cueva. Ya hemos indicado cómo este tipo de construcción llegó a constituir el 20% del patrimonio inmueble de Zuera (en 1.940 vivían en cuevas 810 personas de un censo total de 3.802 habitantes). Se trata de una vivienda excavada en la Loma, bajo una laja de piedra caliza que conforma el techo. Se suelen componer de varias estancias y alcobas con ventilación directa al exterior mediante troneras o ventanas. Adjuntamos una planta de cueva obtenida de la información del Plan General de 1.980.
Delante de la propia cueva existe una amplia zona llana, obtenida en la mayor parte de los casos con el relleno de la ladera mediante las tierras extraídas de las cuevas.
En la actualidad quedan muy pocas cuevas en su estado original y las pocas que existen están deshabitadas. No obstante, sí que hay muchas de ellas transformadas en viviendas mediante la construcción de un cuerpo de edificación en la zona libre delantera. Ello ha propiciado que la cueva realmente dicha se emplee como despensa, caño o bodega, y las cocinas, dormitorios y salones se localizarían en la nueva construcción.
2. Viviendas de labrador
Otra tipología interesante en el aspecto histórico la constituyen las edificaciones existentes en el casco antiguo. Como información de este tipo de construcción tradicional, vivienda de labrador, reproducimos aquí parte de la documentación realizada en 1.928 para la apertura de la calle La Nava. Actuación urbanística, ya comentada anteriormente, merced a la cual podemos analizar esta tipología en la cual la cocina y el corral ocupan una posición dominante, en planta baja, localizando en planta primera los dormitorios y dejando para la falsa o planta segunda los graneros.
Como es lógico, esta tipología ha ido evolucionando conforme han pasado los años, y en la actualidad los corrales y cuadras han abierto el paso a los garajes o cocheras. Asimismo, las cocinas- estancias han modificado su forma hacia el estar-comedor, aunque todavía se mantiene, a veces, la cocina-comedor.
3. Viviendas del Hogar Cristiano
Otra tipología edificatoria y urbanística interesante se produjo en Zuera con la construcción de las viviendas del Hogar Cristiano, que ya hemos mencionado en la evolución del medio urbano. Eran 14 viviendas tipo bracero I, 34 viviendas tipo Bracero II y 2 viviendas tipo Labrador. Se proyectaron en función a los usuarios. Corresponden a tipos similares a los realizados en otros pueblos en la misma época y todas las viviendas poseen corral para usos agrícolas. Las de Bracero I se desarrollan en una planta, y el resto en planta baja y piso.
También eran similares en tipología las edificaciones tradicionales de Ontinar del Salz y Puilatos. Poblados de colonización de los años 50-60. Se adjunta documentación del proyecto de 1.949 de D. Lorenzo Monclús.
4. Edificios de vivienda colectiva
Como fruto de la aplicación del Plan de Borobio de 1.959, surgieron en Zuera los edificios de vivienda colectiva que se sitúan en las calles de mayor ancho. Así tenemos los bloques de vivienda de la calle Candevanía, de la cooperativa en la calle Puilatos y del cauce de la CN-123 con la calle Jorge Luna. Son edificaciones de viviendas en propiedad horizontal (pisos) que alcanzan las cuatro plantas de altura y algunas hasta cinco y responden al esquema de núcleo de escalera que da acceso a 2,3 ó 4 viviendas por planta. Con estas construcciones Zuera rompió de alguna manera su imagen rural y se introdujo en el siglo XX.
Este tipo edificatorio se desarrolla también, aunque con menos altura, en todo el casco antiguo, conformando un tejido intensivo que desarrolla en planta baja unos locales comerciales y las viviendas en altura.
5. Viviendas unifamiliares
A lo largo de lo años 85-90 han surgido también otras tipologías al uso, propiciadas por la construcción de viviendas de promoción pública. Se asientan fundamentalmente en las zonas de La Aceña y Las Balsas, y se trata de viviendas adosadas unifamiliares con reducida superficie útil pero dotadas de garaje en planta baja con salón, cocina, aseo y pequeño jardín. Y en planta primera tres dormitorios y baño.
Han sido varias las promociones realizadas de este tipo y en algunas de ellas se presenta la variante de garaje colectivo mediante la construcción de un semisótano común o un gran patio de acceso colectivo a garajes.
Adjuntamos planos de planta de los tipos edificatorios, de un proyecto de este tipo del año 84, redactado por los arquitectos Faci, Choliz y Faci.
Casi todas estas viviendas han sido promociones encabezadas por la administración y pueden cifrarse en alrededor de 250 las vivendas construidas con estas tipologías.
Además de lo hasta aquí expuesto se han desarrollado viviendas unifamiliares aisladas tipo chalet, lógicamente en menor número, que se sitúan en las zonas más altas del Ensanche Norte, y viviendas unifamiliares entremedianeras y en manzana cerrada, que responden a los tipos más usuales en la actualidad.