Nueve de Nueve Teatro – Con lo bien que estábamos, Ferretería Esteban.
Ferretería Esteban nos brinda una visión esperpéntica en clave de musical donde convive el desafío entre el orden y el caos, la tranquilidad y la aventura, la rutina y el asombro.
Jorge Usón y Carmen Barrantes son Esteban y Marigel, los ferreteros hechos a la medida para ser interpretados con una abundante gestualidad que viene y va, y una consistente preparación vocal. Familiarizados con la tranquilidad miran con desconfianza lo que está al otro lado de lo sistemático en el engranaje de la cotidianidad; nos confrontan con lo que debemos hacer, lo que realmente queremos y lo que se espera de nosotros. La costumbre se ve amenazada por una tarde de teatro en la que prende en Esteban esa chispa que te elige y te despierta.
Una vez traspasado el umbral de lo habitual saben que es la casa vacía a donde no se ha de volver. Una tarde de teatro es una semilla al viento que removerá la tierra, los cimientos más profundos de Esteban.
La música será musa, aparición, temor e impulso para no resignarse jamás a perder el lugar inconmensurable de la imaginación, el que no renuncia a la creación, el que despliega, entre la transparencia y la tachadura, ese espacio que todavía está por decir.
Con lo bien que estábamos nos promete la tierra de los sueños, allí repta caprichoso el desconcierto, es agua que se escapa de las manos, un salto al vacío, el volcán que te llama desde un rojo sonido y al que lanzarse con el rostro en llamas sabiendo que en el aire te sostiene el otro que te habita.
Quien es excepcional y sufre la revelación jamás regresará a la normalidad, irrumpe en el camino de no retorno. A pesar de que nadie en su pueblo lo entienda seguirá las señales que le persuaden para no vender todas las rosas por el sosiego, ni el corazón por un reloj que solo cuenta recuerdos. Cantar la luz vacilante. La mujer que ha brotado blanca y semidesnuda del fuego viene y a él regresa toda música.
Esta cuarta edición de Zuera Escena ha sido, más si cabe, una conjunción astral; una suma de voluntades, conocimiento escénico y técnico, trabajo y pasión de un equipo incombustible que lo ha hecho posible. Gracias a todas las personas que en mayor o menor medida han intervenido en el proceso y ejecución del mismo, y a las instituciones que nos alientan: DPZ y DGA.
De forma especial mi gratitud al fantástico público que, puesto en pie en todas y cada una de las representaciones y con sus generosos aplausos, ha intensificado ese diálogo tan especial que surgió en las primeras funciones y ha dotado de pleno sentido este escaparate de artes escénicas.
Y como escribió Francisco Brines:
Hay humos blancos y calladas palomas
en la altura, y voces que se alejan,
hay demasiada vida para una despedida.
Mar Blanco
Concejala de Cultura